Viajar a la edad media: Sark, el último feudo europeo
Por Carla Eleck
Nos gusta viajar para conocer nuevos lugares y todos hemos fantaseado con viajar en el tiempo. Hay un lugar que permite hacer las dos cosas. La isla Sark tiene un encanto peculiar: aun conserva costumbres medievales, lo que la hace atractiva para aquellos turistas intrépridos que desean viajar en el tiempo y vivir en carne propia lo que fue el medioevo.
Situada sobre el canal de la Mancha, esta pequeña isla de no mas de cinco kilómetros cuadrados forma parte de las denominadas Islas del Canal pertenecientes al Reino Unido. Si bien en la actualidad se encuentra bajo soberanía británica, funciona como un ente separado.
Hasta 2008 este diminuto lugar tuvo un sistema feudal real gracias al otorgamiento de una carta patente firmada por la reina Elizabeth I, la cual estructuró esta forma de administración hasta ese año. O sea: es el ultimo reducto territorial occidental en terminar con el feudalismo. Al menos de manera oficial, ya que sus costumbres no fueron desterradas y en Sark todavía se usa el carruaje como medio de trasporte principal. Si bien se pueden observar bicicletas y algún que otro tractor, en esta isla esta prohibido el uso de vehículos motorizados.
Para los amantes del deporte, en Sark existe un movimiento futbolístico con una selección que registra una aceptable actividad, pero es conocida por ser una de las peores del mundo y al no pertenecer a la FIFA, sus partidos no son reconocidos por dicha institución.
La peculiar condición que tiene Sark es que no puede haber cotaminación lumínica por razones obvias. Eso hizo que esta isla sea famosa también entre los observadores del cielo nocturno y reconocida por la Dark Sky Association. Turismo astronómico, como dicen los lugareños carentes de vida nocturna: todo se apaga apenas cae el sol para dar lugar a la vista que ofrece el cielo sobre esta isla.
Para aquellos curiosos y apasionados de la historia medieval, esta pequeña isla ofrece una vista para ser disfrutada con todos los sentidos. Se llega luego de una hora de viaje en un ferry ya que, como era de esperarse, no cuenta con aeropuerto propio. Una vez que se arriba se puede encontrara algún lugareño que ofrece traslado en un pequeño tractor que, por cierto, solo tienen permitido circular de día. Será lo más moderno que vea en toda su estadía. Es interesante para disfrutar ya que en el camino se observan paisajes dignos de un cuento de hadas.
Sark cuenta con peculiares hospedajes, como si fueran pequeñas casonas perdidas en el tiempo, donde la hospitalidad es aun mayor. Si bien en la isla no aceptan tarjetas de crédito –desventajass del medioevo–, tiene un banco donde uno puede manejarse ante algún contratiempo, como pagar las exquisitas meriendas inglesas que sirven con mucha dedicación.
Aunque Sark no se puede recorrer en una jornada, quienes quieran hacer un touch & go desde Europa o el norte de África pueden aterrizar en la isla Guersney, que cuenta con uno de los dos aeropuertos mas simpáticos que tienen las Islas del Canal y donde también la hospitalidad sobresale de cualquier diplomacia conocida.
Cualquier hospedaje que escoja en Sark es atendido por sus dueños, a quienes es normal escuchar contar historias de las trifurcas entre Inglaterra y Francia por la soberanía de las islas. Casas hechas totalmente de piedras, paseos por acantilados, degustar un té, que según los viajeros es el mejor que han probado en la vida, así como la calidez de la gente que vive allí forman una experiencia única para aquellos que desean conocer algo distinto y detenido en el tiempo.
* Especial para Hora22.com | En Twitter: @CarluEleck