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Un muy duro cruce de facturas en Brasil

19/12/2015

Un muy duro cruce de facturas en Brasil

“El tiempo sabrá mostrar los resultados de todo lo que se hizo año”. Joaquim Levy se despidió así de la presidenta Dilma Rousseff. Lo cierto es que el ex funcionario, quien fuera defendido en varias oportunidades por su jefa, no logró los resultados esperados. Bajo su gestión cayó el PBI a entre -3,5 y -4% este año. Y -2% el próximo. Según Levy, las turbulencias políticas que afectaron en forma singular la economía, podrán ser superadas: “Esas dificultades cobraron un precio alto en 2015 pero deben pasar, porque nadie quiere el impeachment como primera opción”. Pero en una parte de su misiva hizo su propio descargo: “sería injusto conmigo, con mi equipo y con la presidenta si atribuyera la recesión actual al ajuste fiscal”. Y reforzó esa disculpa con una crítica: “La falta de señalización de una disposición más inmediata para el esfuerzo fiscal por parte del Estado brasileño empeoró las expectativas de los agentes económicos, inhibió decisiones de inversión y consumo, y esto tuvo reflejos negativos en el nivel de actividad económica y en la generación de empleos. Una situación que podrá extenderse a 2016”.
En su autodefensa, Levy sostuvo que nunca estuvo enfocado exclusivamente sobre el ajuste fiscal, “como muchas veces fue sugerido”. Ayer, antes que se precipitaran los acontecimientos, el ministro jefe de la Casa Civil Jaques Wagner recordó en una entrevista que “es la presidenta de Brasil la que baca la política económica. Y ella convoca al ministro que debe cumplir”. Subrayó que “quien bancó la cuestión del ajuste fiscal fue Dilma Rousseff. Si ahora ella entiende que es el momento para modular el ajuste, no para salir de él, es una opción de ella”.
Reveló así cuál fue el motivo de fondo de la renuncia de Levy: las diferencias respecto de la “profundidad” del proceso fiscal. También sostuvo que aquel que está en la posición de manejar un ministerio como el de Hacienda “debe ser técnico pero también político, para conversar con parlamentarios, empresarios y trabajadores. Un técnico puro que se comporta como un elefante en un bazar crea muchos problemas al gobierno”. Esta era la crítica principal que le hacían sus colegas a Levy. Quien pasa a ocupar esa función clave es Nelson Barbosa, hasata ahora ministro de Planificación. Nunca fue afiliado al Partido de los Trabajadores, pero tenía simpatías. En 2006 colaboró con la reelección de Lula da Silva y estuvo presente en la formulación del plan económico de Rousseff en la campaña de 2010. A pesar que en el gobierno afirman que Barbosa y Levy tenían un amplio arco de coincidencias, habia diferencias esenciales. El saliente impuso tijeretazos que impactaron en todos los niveles del Estado, Recortó inversiones públicas y junto con la devaluación de más del 30% del real en un año contribuyó a “consolidar” el proceso recesivo, en vez de contrarrestarlo. Barbosa estaba de acuerdo con la necesidad de introducir cambios que apuntaran a una “economía de guerra”, pero también defendía no castigar la inversión pública.

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