Qué dijo en su declaratoria el último arrepentido, Víctor Manzanares
Este viernes, después de que el juez Claudio Bonadio decidiera aceptarlo como arrepentido en la causa de los Cuadernos de las Coimas, se conoció la explosiva declaración de Víctor Manzanares, extesorero de Néstor y Cristina Kirchner: habló de cómo se transportaban bolsos y mochilas con dinero, de los millones que el fallecido Daniel Muñoz habría escondido en diversos lugares del mundo, y cómo se lavó el dinero con el que se compraron los hoteles del matrimonio presidencial.
Entre otras cosas, Manzanares confesó que los negocios de Muñoz ascienden a 150 millones de dólares sólo en Argentina, en los rubros farmacéutico, inmobiliario, transporte e insumos médicos, y además detalló cómo arregló con el entonces juez federal Norberto Oyarbide para sobreseer al matrimonio investigado por enriquecimiento ilícito.
“[Daniel Muñoz] me pidió encontrarnos. Cuando llego a ese lugar, él estaba ya estacionado con Roberto Sosa, quien también había sido secretario de [Néstor] Kirchner. Me pide si le puedo guardar por unos días unos bolsos y mochilas, por razones de seguridad. Según me refiere en el lugar donde estaban guardados esos bolsos alguien había ingresado a robar y por ese motivo me pide que los guarde en un lugar seguro», declaró, según informó Perfil.
Y explicó cómo lo involucraron: “Empezamos a traspasar los bolsos y mochilas a mi camioneta. Eran aproximadamente entre unos 15 y 20 bolsos y mochilas. Yo ingenuamente le pregunto qué es, aunque suponía de que se trataba, y él me responde ‘plata, Polo… ¿que va a ser?’. Yo quedé asombrado y él me preguntó si quería trabajar con él. Ese trabajo al que me estaba ofreciendo ingresar, que me di cuenta que era ilícito, me tentó. Le dije que si podía pensarlo y él me respondió ‘el tren pasa una sola vez’. Cargué los bolsos y me los llevé a mi casa en un momento en que no había nadie (…)».
“Había entre 20 y 30 millones de dólares en total, en billetes de dólares y euros. Hay cuestiones en la vida que son obvias para un contador. Sabía que podía estar lavando dinero, pero al día siguiente le contesté que sí, que quería el trabajo”, reveló.
¿Dónde guardaron semejante cantidad de dinero? “A los pocos meses me pidió que consiguiera una caja de seguridad. Como mi padre tenía la caja de seguridad más grande que ofrecía el Banco Santa Cruz, se la pedí prestada. Allí guardé el dinero hasta donde entró. Coloqué lo máximo que pude de los euros, que eran billetes de 500. Esa caja cubrió, estimo, hasta 8 millones expresados en dólares. En esa caja debo haber colocado entre 2 y 3 millones de euros, que eran todos de 500, y el resto lo completé con dólares”.
Sobre es escándalo de los Panama Papers aseguró: “Muñoz era un corruptor de almas, entre ellas la mía. A él no le interesaban los dividendos, él copió el plan estratégico de Néstor Kirchner. En el año 2016 dos meses antes de su fallecimiento, Muñoz me envía un mensaje de texto, pidiéndome que no lo abandone y que lo perdone. Lo llamé por teléfono y me pidió que viaje. A los pocos días viajé a Buenos Aires, lo visité en su casa. Allí me explicó todo lo que había sucedido con los Panamá Papers. No me contó en detalle, me dijo que había comprado un montón de propiedades y que había cometido el error de ponerlas a su nombre”.
“Carlos Cortez me comenta que Muñoz tenía un plan de fuga en un doge de pesca en el Caribe en el que podía estar escondido varios años (…) Cuando voy a la clínica a ver a Muñoz, estando con el matrimonio a solas, le hago el pedido que había conversado con Cortez, como si fuera una sugerencia mía. Muñoz lo rechazó, me dijo bajo ningún concepto, que me quedara tranquilo porque ya tenía todo arreglado, que le había puesto 8 millones de dólares al juez, en referencia a Rodríguez”. Más adelante en la declaración, agregó: “Estimo que lo que invirtió Muñoz en el exterior es mucho menor a lo que invirtió en el país. Estimo que la fortuna en este país ascendió aproximadamente a US$130 y 150 millones”.
¿Esa plata venía de Lázaro Báez? “No tuve oportunidad de constatar el origen de los fondos que manejaba Muñoz hasta tanto no se dio la experiencia vivida de ir a buscarlo al aeropuerto de Río Gallegos, sabía yo a qué concurría y por ellos ingresaba a la pista de aterrizaje del aeropuerto con el automotor de mi propiedad que tenía a esa fecha, que era una VW Passat 2.0 que se caracteriza por tener un baúl muy amplio. (…) En algunas otras oportunidades Muñoz aterrizaba en un hangar a doscientos metros de la pista principal con un avión privado. Una vez aterrizado me acercaban de la bodega del avión o desde arriba de la cabina dos valijas grandes que se colocaban en el baúl de mi auto al cual subía Muñoz”, aseguró.
“Llegados a la puerta del domicilio, Muñoz bajaba, descargaba las valijas donde presumo que había dinero e ingresaba a este domicilio. Algunas veces le era abierta la puerta por alguien de su interior, y otras veces Muñoz poseía las llaves. Yo permanecía dentro del auto por aproximadamente 30 minutos esperando a Muñoz. Muñoz salía a veces con una mochila y otras veces con un bolso que contenían dinero, que contenían US$2 millones aproximadamente. (…) Concurríamos a la oficina sita en Avenida Kirchner 952. Allí Daniel dejaba esa mochila o ese bolso en el armario al que me referí anteriormente. (…) Realicé esta dinámica entre cinco o seis veces, luego de que yo le comentara a Muñoz mi temor por un posible robo, no me convocó más».
Pero el difunto ex presidente no trataba bien a sus secuaces: “Hacerlo feliz a Daniel Muñoz era el summum para mí, porque Kirchner lo maltrataba, le pegaba, entonces yo lo llamaba por teléfono desde Río Gallegos y le decía te fabriqué dos o tres millones de pesos de blanco y le pedía que vaya de shopping, a gastárselo. Yo disfrutaba esa actividad por la satisfacción que le generaba a Daniel. No lo hacía solamente por avaricia. Con esto no pretendo mejorar mi situación, sino hacerme cargo de lo que hice”, dijo Manzanares.
Cómo se origina Hotesur. “El inicio de la familia Kirchner en la actividad hotelera no es a partir de febrero de 2008, sino dos años antes, en el año 2006. Por lo que no son tres los hoteles de la familia Kirchner sino cuatro. El complejo hotelero Los Sauces es la gema de esta colección, que tuvo los mayores niveles de valores de locación, pero menos ocupación y menos cantidad de habitaciones. Digo que es la gema porque durante alguna reunión con Néstor Kirchner, éste demostraba orgullo con ese Complejo y me decía que el día que dejara la presidencia se iba a dedicar a dar conferencias por el mundo y que allí iba a recibir a dignatarios extranjeros», reveló el contador.
“Este contrato significó una suma de entre US$ 10 y 11 millones de ingreso en blanco a la economía de los Kirchner. No se puede hablar de otro factor de apalancamiento financiero más importante que este. No puede quedar ajeno a ninguna investigación judicial. Si no se contempla esta operación se estaría sesgando todo análisis sobre el crecimiento y la estructura patrimonial de la familia Kirchner. La baja en el monto del contrato de Alto Calafate sucedió porque a Lázaro Báez se le hacía insostenible un contrato en dólares con un tipo de cambio variable”.
“A principios del año 2010 (…) Lázaro Báez vino en mi casa para pedirme que intercediera con Néstor Kirchner y le manifestara sobre la peligrosidad de mantener estos valores. Su intención era pesificar los contratos de locación que mantenía en dólares con la familia Kirchner. Le trasladé esa inquietud al doctor Kirchner, sintiendo yo incluso algún tipo de temor ya que yo nunca había tenido intervención en la negociación de valores locativos. Él me dijo que no, que esas eran ideas de Báez porque el hotel le dejaba buenas ganancias. (…) Sanfelice le decía a Kirchner que estaba todo bien, lo inflaba. Sanfelice era para Kirchner lo que López Rega era para Isabelita”.