Fin de una era: se rompió el FPV y perdió su mayoría en Diputados
El Frente para la Victoria perdió su mayoría en la Cámara de Diputados de la Nación como consecuencia de que 12 legisladores se fueron del arco kirchnerista y crearon el “Bloque Justicialista”.
La movida que estuvo encabezada en el Congreso por Diego Bossio, quien hasta el año pasado fue uno de los mimados de la ex presidenta Cristina Kirchner manejando nada menos que la caja de la ANSES.
Los legisladores que abandonan las filas del kirchnerismo son Bossio, Oscar Romero, Carlos Rubin, Evita Isa, Pablo Kosiner, Javier David, Guillermo Snopek, Néstor Tomassi, Héctor Tentor, Rubén Miranda, Gustavo Martínez Campos, María Emilia Soria, Oscar Macías y Teresita Madera. A ellos se suman Alberto Roberti, Oscar Ziliotto, Gustavo Fernández Mendía y Luis Beder Herrera.
El operador entre las sombras para conseguir que un grupo de legisladores de corte peronista se abrieran del kirchnerismo y exponer la división histórica que siempre existió, fue el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien aspira nada menos que a conducir el PJ.
La comunicación formal de la ruptura del bloque de lo que fue el monolítico kirchnerismo tuvo lugar en la sede del Sindicato de Peones de Taxi, en la que el sindicalista Omar Viviani ofició como anfitrión.
El crak legislativo del FPV tiene un impacto que es favorable al gobierno nacional, que a través de alianzas con el massismo podría tener quórum en Diputados sin tener en cuenta al kirchnerismo.
El Frente para la Victoria tenía 95 legisladores pero ahora tendrá 77, contra los 92 bancas que responden a Cambiemos. La tercera fuerza es el Frente Renovador con 35 diputados. Es decir, que si el gobierno logra sostener el acuerdo programático y de gobernabilidad con Massa, el kirchnerismo podría ser hasta ignorado cuando no se requieran los dos tercios en el Congreso.
Además, la ruptura del Frente para la Victoria reviste particular interés en momentos en que se está por convocar a elecciones internas en el Partido Justicialista y ambas facciones de lo que hasta el año pasado fue el oficialismo comienzan a rivalizar: por un lado el kirchnerismo ortodoxo reivindica el liderazgo de Cristina Fernández y el otro sector quiere un PJ renovado y moderno para enfrentar al gobierno en 2017.
“No podemos seguir como si nada hubiera pasado en diciembre y menos permitir que copen el PJ los que lo llevaron a la derrota. Si Guillermo Moreno y La Cámpora (foto) son los que liderarán el proceso interno, en el 2017 no existimos muchachos, hay que tomarse la renovación en serio para mostrar un nuevo peronismo a la sociedad”, afirmó uno de los legisladores presentes.
Oscar Romero (legislador y dirigente de SMATA), fue contundente al afirmar: “estamos cansados de que todo lo decidan cuatro o cinco personas que con el dedo te indican lo que hay que hacer».
La huida de los legisladores justicialistas del Frente para la Victoria se da en momentos en que en este último emerge como figura emblema Máximo Kirchner. Hay quienes por obediencia tradicional dicen que el hijo de la ex presidenta Cristina Fernández es “el conductor natural” y otros lo ven como un simple referente “muy verde” que se ampara en el apellido pero “con el agravante de una derrota histórica y en un proceso de renovación”, por lo cual estos últimos dieron el salto.