Política

En su ampliación de declaratoria, Manzanares dio detalles del sistema de recaudación kirchnerista

20/02/2019

En su ampliación de declaratoria, Manzanares dio detalles del sistema de recaudación kirchnerista

Víctor Manzanares, el histórico contador del matrimonio Kirchner, reveló este martes, en su ampliación declaratoria para que lo acepten como arrepentido en la causa de los Cuadernos de las Coimas, nuevas tramas del lavado dinero de la obra pública.

Según reveló el contador, él y Carlos Temístocles Cortez, un especialista en sistemas que ya había comprado unas farmacias por pedido del secretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, volvían de comprar unas propiedades en Miami cuando se les ocurrió comprar un laboratorio.

Manzanares marcó en su teléfono satelital el número de Muñoz (una línea mucho más segura y más costosa que la tradicional telefonía celular) y le recomendó «ir por un laboratorio». Del otro lado de la línea, la respuesta fue la de un entusiasta. «Mirá que es mucha guita, se habla de 40 millones [de dólares]», volvió a insistir Manzanares.

«Magallanes aguanta», contestó con suficiencia el fallecido exfuncionario en referencia a la publicidad de una vieja tienda de ropa de Río Gallegos, ubicada en la calle San Martín, frente al histórico local de Aerolíneas Argentinas.

Llegados a Buenos Aires, iniciaron las conversaciones para comprar un laboratorio. A poco, el grupo empezó a tener fisuras y Manzanares fue relegado a los negocios del Sur. Los otros los arreglaba aquel copiloto directamente con Muñoz.

En su última audiencia, el contador le ofreció a los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo algunas explicaciones en el marco de la causa de los cuadernos y entregó, además, varios detalles para seguir la pista del dinero en la operación Hotesur: Manzanares dijo que el matrimonio no tiene inconsistencias en sus declaraciones juradas de impuestos como para justificar el dinero en blanco necesario para construir o comprar los hoteles que dieron origen a las causas Hotesur y Los Sauces.

Insistió con su tesis: si quieren encontrar los problemas deben mirar los números de los empresarios que pagaban el alquiler. Dicho de otra manera, no es que no haya dibujos, lo que sucede es que están del otro lado del tablero. Según su tesis, el resultado de buscar en el otro lado es el mismo: lavado de activos.

El contador declaró que aquellos contratos no fueron una negociación sino más bien una imposición. Los hoteleros les decían a los inquilinos cuánto tenían que pagar, financiados con obra pública y negocios varios. Claro está, no importaba la ocupación de las habitaciones. El problema es que no es tan fácil sacar dinero de una sociedad en blanco sin dejar huellas en la contabilidad. Por lo tanto, siempre según la mirada del profesional, las inconsistencias están en ese lugar, en los papeles de los contratistas.

Los inquilinos en los casos de los hoteles de los Kirchner eran tres: Lázaro Báez, Cristóbal López y Juan Carlos Relats. Los tres, además de variados negocios, tenían una fuerte relación con la obra pública: todos tenían su constructora.

Manzanares estampó su firma en una declaración que recomienda ir por ese camino para encontrar el lavado de la exfamilia presidencial. Relats y su hija, Silvana, ya fallecieron, pero la contabilidad es la que debería llevar al nudo de la cuestión. Durante siete años la familia Relats le alquiló el hotel Los Sauces a los Kirchner y les hizo ganar cerca de ocho millones de dólares.