Zona 22

El paraíso terrenal tiene nombre: Phuket

15/02/2016

El paraíso terrenal tiene nombre: Phuket

0215_Phucket_00Phuket es una isla de Tailndia y una potencia turística en sí misma, ya que es uno de los destinos visitados a pesar de no gastar un centavo en publicidad: se promociona por sí sola. Solo basta con observar los paisajes para entender que hay un pedacito de paraíso en este magnifico lugar.
Situada en el sudeste asiático, sobre el mar de Andaman , supo atraer con mucha naturalidad a turistas que buscan gastronomía exótica, así como también playas paradisíacas que en conjunto con los platos autóctonos hacen una combinación perfecta para caer rendidos ante los encantos de este lugar de ensueños.
El arribo a la isla es bastante directo ya que está conectada por medio de la ruta 402 a Tailandia firme. Se puede llegar de varias maneras: saliendo desde Bangkok, desde donde a uno lo esperan un poco más de 800 kilometros , las opciones varían entre tomarse un micro, llegar en tren, o aterrizar en avión.
El servicio de hotelería es para todos los gustos y bolsillos , pero lo que siempre se recomienda es llegar con una reserva previa ya que la isla recibe turismo todo el año y la capacidad hotelera explota, y no es para menos.
Phuket es la isla más grande de Tailandia y una de las primeras ciudades costeras del mundo. Dotada de playas paradisiacas la convierte en uno de los sitios más populares, incluso para los cruceros que tienen escala obligada. Es habitual escuchar a los pasajeros arrepentirse de no haber armado sus vacaciones de otra manera al caer rendidos por el encanto de esta isla.
0215_Phucket_08Todas las playas cuentan con un paisaje único y distinto entre sí, aunque el factor común entre todas son las imponentes piedras que se elevan ante la vista del mar como si fueran ruinas de alguna antigua civilización. Es interesante observar la fauna marina y no hay mejor manera que hacerlo buceando, para lo que basta con contratar una excursión que puede durar horas o toda una jornada, y que incluyen viajes a las pequeñas islas Phi Phi Don y Phi Phi Lee en embarcación y cuenta con grutas submarinas más una variedad de colores producto de la flora y fauna marina.
Si bien cada playa tiene su encanto y sólo basta con recorrerlas y decidir en cual se quiere quedar en toda su estadía, se recomienda resignar un día de costa sólo para disfrutar de la ciudad, donde hay un dejo arquitectónico portugués producto de la actividad comercial del siglo XIX.  Lo imponente de observar y disfrutar es el camino que conduce al Gran Buda de 46 metros de alto, situado en la cima del cerro Nakkerd, donde se puede llegar contratando un tour o simplemente un taxi. En el camino de cinco kilómetros y medio se observan paisajes selváticos con abundandte vegetación. Una vez en la cima se tiene que tener sumo respeto porque lo primero que se encuentra son monjes budistas en constante oración, que junto con la música dhármica forman un genunio lugar sagrado.
Si te aburre la cantidad ilimitada de paraíso zen, también podés pecar con la vida nocturna de Phuket, que no tiene nada que envidiarle a las grandes ciudades. Cuenta con una cuantiosa variedad de boliches, pubs, bares y restaurantes donde la comida es tan exótica como su entorno. Incluso, durante las noches se observan puestos de comida callejera mimetizada en el entorno céntrico.
Gastronomía. No es una novedad, pero sí es bueno recordar que, aparte de las playas, la gastronomía tailandesa es única en su clase, por el simple hecho de ser una de las más ricas y variadas de Asia. Básicamente, la comida Thai consiste en carne, pescados, verduras, hierbas aromáticas y arroz. De estos ingredientes se desprenden infinidad de recetas ya que saben encontrar el equilibrio perfecto entre dulce, agrio y salado, con lo que generan una combinación de sabores para ser disfrutados en cualquier momento del día. Otra opción muy bien aceptada es el Khanom Cheen que es más específica de esta isla y consiste en combinar el curry con leche de coco en un suave salteado de verduras y mariscos.
Aunque los sabores sean exóticos no significa que el paladar no se adapte y un fiel ejemplo de esto es el Pad Thai, hecho a base de pastas salteadas con salsa de soja, queso tofu y maní. Resulta ser uno de los platos más populares entre los turistas y no suelen agregarle picante para aquellos que no se animan.
Ya sea probar platos exóticos, disfrutar una caminata por un sendero selvático o por arenas blancas, pegarse un chapuzón en aguas transparentes que dejan ver todo su esplendor o , simplemente rendirse ante un cálido paisaje mientras se disfruta el atardecer, forman el ingrediente perfecto para un descanso de ensueño.
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Mirá algunas fotos de este lugar increíble:

(*) En Twitter @carlueleck