Aguante: jóvenes de La Cámpora hacen guardia para cuidarle el despacho a Máximo Kirchner
Parlamentario | Resistencia es la consigna del kirchnerismo impuesta para esta coyuntura que los encuentra fuera del poder. Eligieron las plazas para expresarse, y aguardan expectantes el regreso a Buenos Aires de su líder, Cristina Fernández de Kirchner, para reavivar la llama que quieren mantener viva.
En ese marco tienen expectativas por el efecto que pueda tener en el seno de la militancia la presencia del hijo presidencial Máximo Kirchner, a la sazón jefe de La Cámpora, que desde el 1° de marzo deberá instalarse en el Congreso para cumplir unas funciones que lo tendrán seguramente bajo la lupa.
Y aquí es donde volvemos a la insólita polémica generada hace dos semanas, por la tenencia de un despacho que el bloque K reclama para él y al que las autoridades de la Cámara de Diputados quieren darle otro destinatario.
Lo cierto es que la “resistencia” continúa y en ese marco ese despacho es retenido aún por el kirchnerismo. Jóvenes de La Cámpora se turnan durante el día en su interior, para evitar que sea recuperado por autoridades de la Cámara.
La explicación oficial indica que cuando se produjo el recambio legislativo, los bloques dieron una asignación preliminar a los despachos que dejaban los diputados salientes. Así fue que el de José María Díaz Bancalari, quien supo ser jefe del bloque durante la última etapa en que se llamó PJ -gestión Duhalde, primera etapa de Néstor Kirchner- fue heredado por Máximo Kirchner y así se informó a través de intranet.
Pero cuando las nuevas autoridades de la casa decidieron reasignar los despachos, decidieron que debía dejarse de lado la disposición adoptada en 2007, cuando a raíz del triunfo del FpV el kirchnerismo reclamó para sí el tercer piso.
Fue así que por disposición de Emilio Monzó, se decidió retomar ese despacho para reasignarlo, cambiándole la cerradura y poniéndole una faja a la puerta del despacho, que estaba en refacciones.